La tragedia de Juana la Loca ocurrió en Burgos

En esta ocasión, el famoso director de cine Vicente Aranda, vuelve a visitar la ciudad de Burgos como ya hizo en una ocasión anterior para grabar una película sobre este personaje histórico que anteriormente fue llevado al cine por Juan de Orduña en su Locura de Amor (1948) o José Ramón Larraz en la parodia Juana la Loca... de vez en cuando (1983). Aunque el argumento pretende recrear la efigie de la reina castellana, no se puede considerar una representación fidedigna de lo que realmente sucedió. Quizá esta sea una de las limitaciones que presenta el séptimo arte. Un denominador común que poseen las películas de Vicente Aranda en Burgos es su final trágico llevando al cine la parte más trágica de la historia de la ciudad.

Según la obra cinematográfica, Juana (Pilar López de Ayala) y su marido aterrizan en Burgos para reclamar sus derechos a la corona castellana. Desde entonces el matrimonio permanecerá en Burgos el resto del filme hasta la muerte de Felipe (septiembre de 1506) que tuvo lugar en la Casa del Cordón, un palacio renacentista y no un castillo gótico, como así se muestra en la película. Es importante que el cine no solo sea una forma de expresión artística sino también un medio de difusión de la historia y de las obras artísticas. La única localización burgalesa (quizá para demostrar que la trama discurre en esta ciudad) es la plaza de Santa María con la Catedral de Burgos como único plató de cine en una secuencia puramente orientadora e identificativa para situar al espectador en un espacio concreto.

En esta ocasión, el famoso director de cine Vicente Aranda, vuelve a visitar la ciudad de Burgos como ya hizo en una ocasión anterior para grabar una película sobre este personaje histórico que anteriormente fue llevado al cine por Juan de Orduña en su Locura de Amor (1948) o José Ramón Larraz en la parodia Juana la Loca... de vez en cuando (1983). Aunque el argumento pretende recrear la efigie de la reina castellana, no se puede considerar una representación fidedigna de lo que realmente sucedió. Quizá esta sea una de las limitaciones que presenta el séptimo arte. Un denominador común que poseen las películas de Vicente Aranda en Burgos es su final trágico llevando al cine la parte más trágica de la historia de la ciudad.

Es interesante como se plasma la tradición popular de que Felipe tras una actividad física intensa regresó al palacio del Cordón y mientras sudaba bebió un vaso de agua helada que le llevó a enfermar con su consiguiente muerte. Historias que quizá oculten un envenenamiento de los muchos enemigos que el rey extranjero tenía en Castilla. Por lo demás, una historia de celos e intensa pasión sexual que acaba trágicamente como este director nos tiene ya acostumbrado.

Premio Goya a la Mejor Actriz Protagonista 2002

Premio Goya Mejor Vestuario 2002

Premio Goya Mejor Maquillaje y Peluquería 2002

Premio Fotogramas de Plata a la Mejor Actriz 2001